Yo no había leído nada de Kafka, ni se me había pasado por la cabeza. Pero mi lectura anterior empieza y termina con una cita de Kafka y una cosa me llevó a la otra. Esto es lo bonito de la lectura: un libro te lleva a otro. Ahora entiendo porque se usa el término kafkiano para situaciones absurdas, angustiantes y desorientadoras, porque así son sus relatos. De muchos de ellos, no he entendido nada, han sido todo un enigma para mí. Aunque hay que reconocer que, teniendo en cuenta la época en que fueron escritos, son muy adelantados y modernos. Ahora bien, aunque a los relatos les pongo un 5 por lo difíciles y enigmáticos que han sido para mí, a la edición de Acantilado le doy un 10. Qué maravilla el epílogo de Luis Fernando Moreno Claros. Es lo más interesante del libro, cómo disecciona y analiza cada uno de los relatos arrojando un poco de luz y mostrándote otra perspectiva que hace que veas los relatos de otro modo y valores más su contenido.
hace 2 meses
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