Hay libros que tienen un carisma especial, novelas que desprenden un halo que las hace diferentes, únicas. Quizá tiene que ver con lo intangible que desencadenan en el interior del lector, con su capacidad de inducir a la fabulación, a la admiración de los personajes y el mundo que recrean, que quedan fijados ya para siempre en el imaginario colectivo. Épocas y figuras que se convierten en referentes, dramas que renuevan los roles de quienes los viven, sutilezas que no pueden pasar desapercibidas y quedan para la eternidad. Novelas inmortales. Como esta.
hace 2 años