Los muertos es un encantador y detallado retrato del Dublín burgués de finales de siglo. Y es también la suma de temas tratados en Dublineses que se entrelazan y repiten aquí en variaciones cada vez más sutiles hasta esa lánguida apoteosis final en que el protagonista, Gabriel Conroy, turbado por la confesión de su esposa sobre su primer y fallecido amor, se marcha pisando una Irlanda aislada por la nieve, en la que los copos caen por igual sobre los vivos y los muertos.