Una novela muy cortita, que no alcanza las 150 páginas, de base autobiográfica. En ella asistimos a los padecimientos que sufre una joven belga cuando comienza a trabajar en una corporación japonesa. Las situaciones que vive la protagonista son tremendamente dramáticas, y solo gracias al humor y la ironía de que hace gala la narradora se nos hacen más tolerables. En sus páginas se aprecia una crítica bastante directa a la mentalidad japonesa: la obsesión por el trabajo, el verticalismo más absoluto, un sentido del honor exagerado que lleva las personas a tolelarlo todo antes que caer en la "humillación" de renunciar. Y donde tampoco faltan la xenofobia y el machismo; vividos en carne propia por una protagonista que lo tiene todo en contra: es occidental y mujer.
hace 2 años