En éste caso Amélie Nothomb consigue llevar una situación cotidiana y bastante común (un molesto vecino), al extremo, llegando a rozar la locura. La mayor riqueza de esta breve novela (y no por ello simple ni vaga en profundidad de contenido) radica en la lucidez e incorrección política con que la autora trata el tema de la belleza, y los prejuicios alrededor de la dicotomía bello/feo y el valor de lo estético en el mundo de hoy.
hace 12 años