La novela está ambientada en Brooklyn a principios del siglo XX. A través de la protagonista y sus allegados, la autora retrata de manera soberbia una época y un modo de vivir. Francie Nolan, a la que conocemos en la infancia y que va creciendo a medida que pasan las páginas, es hija de inmigrantes que viven sumidos en la pobreza. Conocemos su día a día, los esfuerzos de la familia por no pasar hambre, el amor a la lectura y a la escritura que nace en la niña, la llegada de la juventud y sus preguntas… La familia Nolan, con sus miserias y alegrías, refleja las aspiraciones del “sueño americano”, que cree en la oportunidad de prosperar en la vida a través de la educación y el esfuerzo. Es una historia dura y a la vez entrañable, en la que los personajes son importantes y están bien elaborados. La novela está escrita con una prosa fluida y detallista. En resumen, un retrato fiel de una época, y un canto a la esperanza y a la belleza de la vida. Excelente.
hace 8 meses
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