Hacemos leer los cuentos de hadas a los niños para que aprendan a distinguir el bien del mal y extraigan enseñanzas sobre problemas existenciales. ¿Pero qué ocurriría con tales valores si le diéramos la vuelta a esos mismos cuentos? José Ovejero —escritor iconoclasta donde los haya— nos ofrece aquí un ramillete de estos cuentos de «los de toda la vida» y lo hace en una clave políticamente incorrecta, llena de ironía y de espíritu paradójico. Estos nuevos cuentos desaforados de príncipes, sirenas, genios de la lámpara y peces dorados suponen algo más que una humorada en la obra proteiforme del escritor, o una atrevida incursión en la cuentística tradicional (sin duda le habrían causado un buen quebradero de cabeza a Bruno Bettelheim, autor del conocido libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas): son historias que, aprovechando que nos hacen reír (y no poco), nos empujan a reflexionar.