Este ensayo es un elogio de todas aquellas lecturas que no son para pasar el rato, sino que son crueles y nos hieren, en el sentido de que hacen que cambiemos nuestro punto de vista, rompiendo nuestras verdades inmutables y nos confronta con lo aceptable socialmente establecido. Cuando uno lee una de estas lecturas, nunca a vuelve a ser el mismo. Nos hacen cambiar, crecer. Nos enseñan a desaprender. En esta línea, encontramos un ensayo repleto de referencias culturales, sobre todo de cine y literatura. Nos habla de obras que no se casan con ninguna ideología, ni ningún credo, que intentan ser todo lo objetivas posible, aunque molesten y nos incomoden. Son obras que defienden que no existe ninguna verdad única, que no todo es blanco o negro, sino que hay infinitos matices de gris. Es una lectura muy interesante y rica, puede uno sacar muchísimas conclusiones más a parte de las que acabo de compartir. Además el autor se explica como los ángeles y es una delicia leer su ensayo, con un lenguaje sencillo, pero rico, así que os animo a hacerlo.
hace 6 años