La novela está ambientada en Berlín, han pasado diez años desde el fin de la II Guerra Mundial –aunque los destrozos de los bombardeos siguen presentes– y la ciudad está dividida en dos sectores, el oriental, dominado por los rusos, y el occidental, compartido por americanos y británicos. En este contexto, Leonard, un inocente joven inglés, es enviado allí para colaborar con los estadounidenses en un proyecto secreto. Este aspecto –guerra fría, espionaje, alto secreto...– me sonaba muy peliculero, y resulta sorprendente descubrir que está basado en hechos reales.
La ciudad alemana será para Leonard un despertar a la vida en muchos aspectos, por un lado tiene un trabajo que le apasiona, por otro descubre el amor por primera vez; pero un giro siniestro e inesperado hará que la tensión, la intriga y el ritmo, se disparen hasta el final.
No he leído muchos libros de McEwan, pero los que he leído lo están convirtiendo en uno de mis autores preferidos, y este no ha sido una excepción. Sus personajes, situaciones y descripciones son tan verosímiles que no puedes dejar de pasar páginas. Siendo un tema y una época que a priori no me llamaban mucho la atención, la historia te atrapa con su maravillosa prosa y estilo.
Ambientación histórica, personajes y trama se unen para lograr esta magnífica novela. Me ha encantado, me parece una lectura muy amena y más que recomendable para cualquier amante de la buena literatura.