Algún tiempo después de la muerte de su madre, Alessandro Veronesi tendrá que enfrentarse también a la enfermedad terminal de su padre. Esta situación, en la que se invierten los papeles tradicionales de padre e hijo, siendo éste quien ejerce de guía, dará paso a momentos trágicos pero también grotescos: la burocracia asociada a la enfermedad, la hipocresía de una eutanasia que oculta su nombre, la difícil selección de cuidadores, los destellos de humor del moribundo, la desgarradora paranoia... Unánimemente aclamado por la crítica, Profecía nos ofrece la bien conocida historia de la muerte de los progenitores con una nueva luz, gracias a su sabiduría narrativa: un punto de vista inusual (el tú de un desdoblamiento que acaba también implicando al lector) y el uso de un futuro que, como indica el título, remite a los textos apocalípticos (porque de un pequeño apocalipsis cotidiano aquí se trata). Completan este volumen otros dos relatos que tienen también las relaciones paterno-filiales como tema principal. El primero cuenta la historia de un joven que pretende darle un sentido póstumo a la muerte (y tal vez a toda la vida) de su padre mediante lo que podríamos denominar «una ética del resentimiento». El segundo, en cambio, nos sitúa ante los conflictos más graves de dos jóvenes en el microcosmos de las pequeñas tragedias cotidianas que habitan nuestro día a día, como en esas narraciones de Carver cuyos personajes vagan por su existencia en busca de un sentido que se les escapa. Tres relatos, en definitiva, que presentan diversas perspectivas sobre la experiencia de lo que representa el paso de la inocencia dolorida (con Salinger y Cheever ahora de fondo) a una madurez en la que ese ser maduro nos exige la capacidad de aceptar el Mal en forma de resentimiento, de dolor, de desamor o, en fin, la muerte del padre como imagen de la propia.