Más bien es un cuento, solamente tiene 45 páginas. Un bello cuento que nos habla de la nostalgia y del exilio de una familia rusa . Pero es más, el relato de la sirvienta y sus sueños con la nieve de su tierra natal. Como siempre, Irene Nemirosky me entusiasma.

Corto pero intenso, no se me ocurre mejor modo de describirlo. A través de los ojos de la anciana niñera vamos viendo la historia de Rusia en el seno de una familia aristocrática ( situación que no debió de ser muy diferente a la vivida por la familia de la escritora ), con unas pocas pero precisas pinceladas, y asistimos a su nostalgia y pesar por el exilio, por la lejanía de las tierras de su vida, convertida en una reliquia que casi estorba en la familia a la que le dio toda su vida. Realmente recomendable.

Ésta es la tercera novela que publicó Irène Némirovsky. Es un relato breve en que Tatiana Ivanova, que ha criado a los niños de la familia Karin durante más de 50 años, ve como con la llegada de la Revolución Rusa, la familia aristocrática a la que ha sido fiel y servido durante casi toda su vida cae en desgracia, pierde su fortuna y posición social, y termina huyendo a París. Ella los acompaña, aunque la nostalgia del pasado y la añoranza de la nieve que no llega llenan los últimos días de la anciana. Es increíble la intensidad que a través de este personaje y en unas pocas páginas se transmite, y no deja de sorprenderme la genialidad de la autora.

Este es el segundo texto que leo de la autora, me encanta como escribe. Es un relato que nos habla de la añoranza, del exilio, pero lo mejor es como se dota a los personajes de vida, sus emociones, sus contradicciones como seres humanos