“El pasado se vuelve presente en cuanto lo tocas”. Cuenta la historia real, desconocida para muchos españoles, que es lo acontecido a unos 400 alemanes que se instalaron en Zaragoza después de huir de la colonia alemana en Camerún en el año 1916 que fue invadida por los ejércitos aliados tras la I Guerra Mundial. Pasaron a la Guinea española a través de la selva, y como España era neutral los trajo hasta Cádiz en barco y pasaron a estar custodiados mientras dudara la guerra, que acabó hasta finales de 1918. Para entonces se habían formado familias y montado negocios, y gran cantidad de ellos echaron raíces, creando una importante e influyente comunidad alemana en la capital de Aragón, teniendo colegios, industrias y hasta cementerio propio. Todo esto es para saber dónde nos metemos, pero no estoy desvelando nada, este es el contexto donde viven los personajes de la novela. La novela se centra en una familia en particular, y más, en cinco personajes principales que en el siglo XXI son bisnietos de los instalados en la colonia alemana. Hay antepasados nazis con un historial oscuro, y alguien trata de que paguen los descendientes. ¿Heredan los hijos la culpa de los padres? Algunos personajes, como el profesor, es un poco espeso, pero entre todos los personajes me ha mantenido el interés para entender qué les piden y por qué. Es parte de nuestra historia, y me ha encantado conocerla, aunque reconozco que no es lectura fácil ni rápida. (14/9/2024)
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