Se trata de un cuento de Stephen King con el que ganó en 1995 el “World Fantasy Award” por el mejor relato breve. Un anciano de noventa años escribe en su diario un hecho que le sucedió a los nueve años de edad y que ahora al final de su vida le viene a la memoria y le inquieta, con la esperanza de que “lo que escribes a veces te deja para siempre”. En mi opinión es una buena historia, sencilla y bien ambientada, que refleja el miedo y la angustia que sintió el niño en su encuentro con un hombre junto al río.
La edición ilustrada que he leído, de Nórdica Libros, incluye al final el cuento “El joven Goodman Brown” de Nathaniel Hawthorne, también muy interesante, en el que King se inspiró.
Una lectura amena que se lee y disfruta en un rato.