Tenía ganas de leer algo de Nieves Concostrina después de haberla escuchado tantas veces en "Acontece que no es poco", y no defrauda. La historia de Nieves puede ser la de mi madre (pero sin un padre borracho) o la de cualquier otra mujer nacida poco antes de la guerra. El hambre, los trapicheos, las huídas, las casas ocupadas, los refugios para los bombardeos... Y también el ensañamiento de los vencedores, las diferencias entre ellos y los vencidos, incluso aunque los vencidos no hubieran tomado partido en ningún bando. Esa posguerra vengativa debió de ser tan terrible como la guerra en sí, o más, porque afectaba a gente que, como Antonia, apenas tenía seis o siete años al estallar la guerra y cargó con el sambenito de haber tenido a su madre en prisión aunque no hubiera hecho nada. Y sin embargo, a pesar de la dureza del momento, Concostrina no cae en dramatismos ni en lloreras fáciles. Es un libro entretenido, se lee deprisa, te hace reflexionar, pero no te deja un poso de amargura.
hace 2 meses