Bayly no aburre. Sin embargo, desde mi perspectiva no es en sí una novela sino una sucesión de cuentos, con capítulos que no se concatenan unos con otros. La percepción de un niño de 10 años se convierte en una crítica feroz a la Lima de los años 70s con toques extremos de ironía y sátira de una sociedad que no ha cambiado mucho en lo que respecta al racismo y a la desigualdad. Muy entretenido y arranca carcajadas memorables.
hace 2 meses