Me ha impactado soberanamente la narrativa del argelino Yasmina Khadra. Una obra dura e intensa y a la vez maravillosa, es inevitable no rendirse a esta novela de gran calidad literaria. «Los ángeles mueren por nuestras heridas» nos llevan a recorrer la Argelia de los años 30, de la mano de nuestro protagonista y narrador el joven Turambo. Una Argelia dominada por Francia y que fue destino de innumerables europeos que no mantenían para nada buena relación ni buen trato con los nativos, a quienes sentían inferiores y trataban como escoria. Unos años oscuros y grises como lo son todos los periodos entre guerras. Con este telón de fondo Turambo y su familia pierden todo cuanto tienen, llevándolos a una situación más miserable que la que llevaban, sufrirán los estragos del hambre, ocuparán los trabajos más duros y peor pagados para conseguir un rincón donde poder vivir, no tienen recurso alguno, son analfabetos e ingenuos, pero nada de esto podrá ablandar al joven Turambo, quien irá dando tumbos de un trabajo a otro a, cual más miserable y ruin, sin perder nunca la esperanza y añorando un futuro prometedor. Un chico entregado, con un inmenso corazón y tranquilo para con su gente. Será una simple pelea callejera lo que le impulse a ese mundo tantas veces soñado, dedicándose al boxeo, donde conocerá los estragos de la fama, el poder del dinero, y el amor incondicional. Querra el destino dejarlo caer desde lo más alto y devolverle injusta y lamentablemente de vuelta a lo más oscuro de su existencia. Pero sintiéndose tranquilo, en paz consigo mismo y con el mundo al verse liberado y habiendo pagado por sus errores. Novela magistral, muy recomendable. (Esther Recio, enero 2014)
hace 10 años