Juegos florales admite tal vez varias lecturas. La interpretación más sencilla: un escritor, perdidas sus facultades y transformado en un mediocre maestro de literatura, intenta describir las relaciones de una pareja y su colapso final. Durante unas vacaciones en Roma repite toda la historia. Fue testigo de las peripecias de Raúl y Billie. Los observó implacablemente, fue entonces su testigo como luego su juez. No entendió nada o, al menos, eso intenta hacerles creer a sus interlocutores. La historia se le embrolla, se le vuelve incoherente o voluntariamente trivial. ¿Estuvo enamorado de Billie Upward? ¿La odiaba? ¿Por qué? Lo único cierto es que de alguna manera la cercanía con su protagonista lo convirtió en un eunuco.