Libro tostón, con tratamiento defectuoso de una trama en realidad inexistente: un historiador investiga un hecho ocurrido treinta años atrás, tampoco queda claro por qué, y resulta que todos los interrogados se largan tremendos monólogos recordando hasta el mínimo detalle de aquel suceso: quién había entrado antes de quién, dónde estaba sentado cada cual o lo que había comentado cada personaje. Finalmente, tras una buena serie de "diálogos" intrascendentes, uno termina enterándose porque alguien revela quien fue el asesino; así, sin más. Y resulta que ganó el Herralde...
hace 7 años
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