En 1982, un escritor barcelonés de mediana edad recibe el encargo de elaborar un guión basado en hechos reales por parte de un director de cine. Los acontecimientos a investigar son el asesinato de una prostituta en un cine de la ciudad condal en la posguerra a manos de proyectista, que estrangula a la mujer con la cinta de celuloide con la que estaba proyectando “Gilda”. Con un punto de partida y arranque que capta la atención del lector no sólo por la trama sino por las aristas de la historia -que hacen que la novela alcance altas expectativas-, el libro va perdiendo interés a medida que la íntima evocación de la ciudad que Marsé conoció en su infancia cobra más fuerza que la novela en sí. Con una ambientación que recuerda a “Si te dicen que caí” (tanto la película como la novela), “Esa puta tan distinguida” (calificativo, que por cierto, va dirigido a la memoria traicionera del ser humano y no a la víctima), Marsé consigue uno de los pocos logros de un libro que no pasará a estar nunca entre los más recordados del autor de “Últimas tardes con Teresa”. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 1 año