Me ha gustado mucho la maestría con la que la autora relata esta pequeña obra. Puede que en algún momento el relato pierda fuerza o que la mezcla de tiempos dé pie a perder un poco el hilo pero es innegable que está escrito con una sensibilidad exquisita. Parece una fábula donde coexisten animales del bosque con los pocos habitantes de un pueblo, relatado desde la inocencia de una niña de once años. La niña carga con un gran secreto que la atormenta, el cual tiene que disimular aparentando llevar una vida normal pero a veces no lo consigue. El resto de los habitantes del pueblo también son parte fundamental de esta historia. Sobre todo las mujeres de la aldea, con sus labores y el apoyo incondicional que se profesan. Pese a tener algún toque de humor, es una novela principalmente triste y dura. Me ha conmovido y me ha transportado a mi infancia en muchos momentos. Pasa a ser uno de los libros que no se me olvidarán.
hace 4 meses