Si la literatura es una forma de evadirse de la realidad, de escapar de lo cotidiano, El tango de la guardia vieja es el mejor billete de ida y vuelta que encontrará a día de hoy en las librerías. Un viaje en el tiempo, la historia de una pasión, el relato de un pícaro, un vividor, un perdedor enamorado de una bellísima mujer, independiente, atrevida e inteligente.
La historia de Max Costa y Mecha Inzunza, es la crónica de una historia de amor imposible, de sexo, de espías, de un ladrón de guante blanco y un collar de perlas, de odios y rencores, pero por encima de todo, un relato sensacional sobre el paso del tiempo y su devastador resultado, sobre las arrugas que este deja en la piel y en el alma.
Novela excepcionalmente documentada, un derroche de sobriedad narrativa, con diálogos soberbios que además de dar voz a la historia, dan continuidad y permiten que la trama avance, magníficamente ambientada, y como ya es marca de su autor, con un extraordinario dominio del lenguaje al alcance de muy pocos.
Pérez-Reverte, nos hace entrega, además, de su novela más visual, la más cinematográfica, en la que música y moda juegan un papel muy destacado y se convierten en personajes secundarios imprescindibles. (Leer El tango de la guardia vieja en eBook y ampliar información sobre la época, los trajes y vestidos, y sobre cantantes, canciones y música, logra sumergirte en la historia como pocas ficciones consiguen).
Terminar el relato es concluir un viaje, un hipnótico e inolvidable viaje al arrabalero Buenos Aires de finales de los años 20, a la incertidumbre y los rencores de la Riviera en el 37, y al glamur de la costa Amalfitana de mediados de los 60. Pasar la última página provoca en el lector la sensación de abandono, de volver a estar solo, de perder definitivamente y para siempre el contacto con un amigo, el chófer del doctor Hugentobler, un amigo que una vez hace muchos años, mientras tomábamos un Negroni en el bar Fauno, nos contó el relato de su vida y su maravillosa historia de amor con una mujer, Mercedes Keller, la madre del gran y joven maestro chileno del ajedrez.
Ya solo queda abandonar la habitación del Grand Albergo Vittoria y emprender, sin Max, el viaje de regreso a casa…
Sin ninguna duda la mejor novela de Arturo Pérez-Reverte. Soberbia.
José Luis Ramírez (Quelibroleo)