Por el carisma del personaje, por la aparición de los mosqueteros, por la descripción de la ciudad y la época, por el ingenio de Quevedo, o simplemente porque la espera ha sido larga y hemos echado mucho de menos a Diego Alatriste, al pasar la última página nos quedamos con la sensación de que posiblemente estemos ante una de las mejores de la saga, si no la mejor.
Podríamos hablar de la evolución de los personajes, más desesperanzados y descreídos que nunca, de los paralelismos entre el Siglo de Oro y el actual, de las diferencias entre el pueblo llano y los poderosos, de la capacidad del dinero para doblegar voluntades, o del análisis tan acertado que realiza Pérez-Reverte de una época que podría ser cualquier otra, incluso la actual. Pero no merece la pena, porque el mayor mérito del libro es que se trata de una novela de aventuras clásica, de las de siempre, extraordinariamente ambientada y protagonizada por unos personajes inolvidables. Una aventura fascinante que consigue devolverte a la niñez, a aquellas tardes de verano devorando páginas repletas de corsarios, espadachines, misteriosas y bellísimas damas y pérfidos asesinos. Solo por eso es apasionante.
¡Imprescindible. Queremos más!
Amazon
Agapea
Amazon eBook