Amenísimo relato, tan cómico y sorprendente como heroico y legendario, sobre la vida de sus antepasados, desde sus bisabuelos hasta sus padres. Basándose en una sugerente frase de Jean Cocteau, «un pájaro canta mejor en su árbol genealógico» Jodorowsky nos sumerge, en la primera parte de este libro («Cuando Teresa se enojó con Dios») en un amenísimo relato, tan cómico y sorprendente como heroico y legendario, sobre la vida de sus antepasados, desde sus bisabuelos hasta sus padres. Esta reconstrucción narrativa de su árbol genealógico le sirve para bucear en el sentido de su propio ser y su propia vida, a través de una inmensa geografía: Ucrania, París, Venecia, Chile o Argentina. Con ello el autor aspira a servir de ejemplo para que cada lector transforme, a través del perdón, su memoria familiar en leyenda histórica. En la segunda parte del libro («El niño del jueves negro») el autor relata cómo un ente metafísico, el Rebe, toma posesión de los varones de la familia Jodorowsky. A través de esta «tradición» se transmite la historia de la familia y una serie de contenidos esotéricos. Dice el autor: «Alucinación o no, el Rebe cambió nuestras vidas. Sin él, yo nunca hubiera podido echar raíces en este mundo que, en su mayor parte, es agresión. Mi abuelo hizo de él un cómplice, mi padre un intruso y yo un maestro, porque a Jaime lo perdí a los dos años y sólo volví a verlo a los diez. Por eso, aunque mi razón diga lo contrario, prefiero creer que el Rebe y todo aquello que contó de mi país y mi familia es verdadero.»