Quizá sea tema personal, pero he llegado a la conclusión de que Gonzalo Torrente Ballester sólo escribió una obra maestra —los Gozos y las Sombras—, y el resto de su producción titubea en intentos de superarla, sin lograrlo. La Saga Fuga, áspero pedregal imposible de leer. Filomeno, premio Planeta fallido. Y este Don Juan, su novela más querida, batiburrillo fantástico-clásico del mito, que, a mi modo de ver, toma tantos caminos, explora galaxias tan lejanas, que al final se convierte en polvo espacial…. Porque el París moderno con un narrador que no sabemos quién es, el giro al pasado con Leporello como diablo brincando de cuerpo en cuerpo, y la obra de teatro postrera, se mezclan en una explicación de la creación de Tirso de Molina y Zorrilla, que acaba desencantando., por enigmática y densa, turbiamente metafísica. Una pregunta, ¿por qué todos los personajes hablan de forma intelectual? ¡Ah….!
hace 7 años