Desapariciones misteriosas, fantasmas vengativos, caballeros y aristócratas con una doble vida de asesinos y bandidos, maldiciones que se vuelven contra los descendientes de quien las pronunció... Los clásicos elementos góticos que atrajeron a la autora podría pensarse que se impusieron al carácter cotidiano y a la proyección social de sus temas habituales.