La bruja Lois se desarrolla en el ambiente puritano de la Nueva Inglaterra de finales del siglo XVII. Lois, una huérfana inglesa, se ve obligada a embarcar con destino al Nuevo Mundo. Allí tiene que enfrentarse a una sociedad dominada por el fanatismo religioso de los peregrinos ingleses, que se habían instalado en la bahía de Massachusetts con el fin de establecer un Estado teocrático que encarnara sus exigentes ideas religiosas. Rodeada de una familia cuyos miembros están afectados por estados psicológicos morbosos y de una ciudad sumida en la histeria religiosa, que impide cualquier consideración racional de la vida, Lois sólo puede observar cómo es acusada de brujería y cómo su vida va girando sin remedio hacia la tragedia.