Bosquejos de cuentos, frases, argumentos, proyectos, descripciones y otros tesoros ocultos se encuentran en los cuadernos de apuntes que llevó durante años el genial escritor norteamericano. A excepción de algunos pocos fragmentos, estos textos han permanecido inéditos en castellano hasta la edición que el lector tiene en sus manos. Dijo Jorge Luis Borges que Hawthorne murió durmiendo y que tal vez por eso nos legó la tarea de soñar. Sin duda, como escritor, Hawthorne soñó muchos más libros de los que podía escribir, pero en lugar de resignarse dejó registrados sus pensamientos en los Cuadernos norteamericanos: una cantera de ideas magistrales, arriesgadas e insólitas de las que han bebido muchos escritores y que se proponen como una irresistible llamada a la imaginación.