La música tiene un papel importante en esta novela. Me ha encantado que cada capítulo empezase con una canción, las he ido poniendo de fondo mientras leía. Es una lectura divertida, desenfadada, muy ligera pero detrás asoman muchas reflexiones valiosas sobre el tiempo que nos ha tocado vivir (pandemia, sexo, ecologismo, redes sociales, entre otros...). El protagonista es un chaval preadolescente con una grandísima imaginación. Sorprende y agrada al mismo tiempo como el autor tiene tan presente esa época dorada. Me lo he pasado muy bien, se agradece en estos tiempos pandémicos. Chapeau por Santi Balmes.
hace 2 años