Como hizo Goethe cuando emprendió su periplo italiano para alejarse de la cotidianeidad de Weimar, Peter Handke, en un periodo de su vida sin un lugar fijo de residencia, realizó una serie de viajes de los que el resultado es Ayer, de camino. Escrito quince años después a partir de las notas tomadas en el momento, Handke nos lleva por lugares variopintos de distintos continentes. Desde su Austria natal, recorre las sendas de Atenas, Estambul, El Cairo, Dubrovnik, Londres, Edimburgo, París, Ámsterdam, Anchorage, Tokio... Y, sobre todo, España la cual recorre en la más amplia dimensión de su geografía. Mientras camina se activa su capacidad de asombro y, como en los viejos filósofos, ésta se convierte en mecanismo generador de sensaciones, pensamientos y escritura. Nada le es ajeno. Sus impresiones pasajeras sobre las costumbres y formas de vida, sobre sucesos triviales, se entrelazan con sus reflexiones existenciales, su voluntad de conjugar tradición y modernidad, sus opiniones sobre arte, filosofía, literatura, música, teatro... Sobre la cristiandad reflejada en su pasión por el románico, los clásicos griegos, el mito de Don Juan... Entre el diario personal y la literatura de viajes, este conjunto de descripciones, comentarios y aforismos, está salpicado de referencias literarias y artísticas que el camino le sugiere. Los nombres de Homero, Dante, Goethe, Cervantes, Machado, Hölderlin, Novalis, Chéjov, Kafka, Char, Spinoza, Rilke, Wittgenstein..., se suceden con los de Cézanne, Zurbarán, El Greco, Rembrandt, Van Gogh, Ribera, Mondrian, Rothko, Memling...