Este libro es gris, no es maldad, no es bondad. Es una mezcla de los dos (o al menos así lo era hasta el final) que me encanto y me decepciono... no, esa no es la palabra.¿Quien leyó este libro no lo sintió? El odio a los traidores, el temor y la admiración hacia cierto personaje, la esperanza de que acabara bien, la curiosidad y la intriga de no saber quien era el Gran Hermano y la desesperación y el descorazonamiento al leer la ultima frase. Un libro fascinante, sin duda alguna, que me ha enseñado mucho sobre política comunista-socialista y sobre lo que la gente puede llegar ha hacer por poder.
hace 11 años