Patty Diphusa, estrella internacional (eso dice ella) de fotonovelas porno, es invitada por el director de un posmoderno magazine a relatar sus memorias. Patty no duerme nunca, con lo cual tiene muchas cosas que contar. Para ella, todo es noche; sus aventuras, casi siempre relacionadas con todas las variaciones sexuales imaginables y con todo tipo de drogas, le sirven para reflexionar, a su modo, sobre la condición humana. Porque aunque sus relatos estén llenos de felaciones, cunilingus, penetraciones por cualquier orificio, inauguraciones de galerías de arte, discotecas, taxis, fotonovelas porno, etc., en el fondo de todo ello nos encontramos con una muchacha que huye de la soledad, como cualquier persona, dotada de una capacidad inagotable para el placer y de ninguna capacidad para la decepción. Una vitalista implacable. Fraguada en pleno auge de los 80, Patty refleja y distorsiona los días y las noches madrileños, repletos de personajes que parecen un verdadero catálogo de traumas y vicios.