Humana y divertida, recoge las peripecias personales de una familia de la época, sus risas y sus llantos. Perfecta.
hace 2 mesesEn «Miau» Galdós quiere vincular y vincula la ficción de la novela a la realidad histórica de los dos momentos en que el relato transcurre y en que la novela se escribe, la España de la Restauración en dos etapas y situaciones muy diferentes: la romántica y llena de esperanzas de una España Moderna, recién casado Alfonso XII con su prima María de las Mercedes, y la de la desesperación general, en un mundo cerrado en sí mismo con los turnos en el gobierno de Cánovas y Sagasta, que se produce a la muerte del rey. «Miau» es, como Galdós quería, un trozo de España. A la burocracia, la Administración Pública, al Estado, los gobiernos, las influencias, los manejos de oficinas y funcionarios dedicó Galdós esta novela, centrando la historia en el asunto de una cesantía y del complicado proceso de desgaste psicológico al que se ve sometiendo su protagonista.
Humana y divertida, recoge las peripecias personales de una familia de la época, sus risas y sus llantos. Perfecta.
hace 2 mesesNovela conmovedora y actual, hay cosas que no cambian, como la corrupción de la administración. Pero Miau va mucho más allá, trata de los sentimientos humanos de las personas corrientes. Galdós es uno de los grandes, merece la pena su lectura.
hace 4 añosUna obra maestra cargada de hipocresía, de dobles sentidos, de las falsas apariencias. Todos aparecen en la novela. Lo más importante es el palco del teatro y la untuosidad de la sala de visitas aunque no haya nada que comer. Aparentar por encima de todo. Detrás está la tragedia de los cesante. Villamil lleva toda la vida esperando un nombramiento que no llega y que marca la tragedia de su vida. Me recuerda a una película, desgraciadamente, no recuerdo el título, en que Amparo Rivelles, una noble ricachona venida a menos, ofrecía jamón a todos los que la visitaban pero, seguidamente, antes de que le contestaran, les decía que no era hora, dejando a sus visitas ansiosas. Una apuesta segura de lectura y deleitarse con una obra maestra.
hace 4 añosUn Galdós concentrado se halla en esta obra, donde, no obstante su actualidad (el personal de RTVE alterna según los gobiernos), protagonista y asunto son baldíos, y numerosos personajes, cuando no informes, grotescos. Recurre a la sicología infantil de Luisito, esta vez, para pintar ambientes en que nada digno de mención acontece, aparentando ausencia injiriéndose con su tono mazorral de cháchara. Teniendo por fijación el afán de aparentar, hasta tal punto se detiene miope en la mezquindad de las conductas que incluso el amor es huero, burdo remedo del Romanticismo. Ejemplo de torpeza crasa: tras comparar a "multitudes que chorreaban de todas las oficinas" con "afluentes", las describe desatinado como "cemento que traba y solidifica la arquitectura. . ." (cap. XXXVII).
hace 5 añosConmovedor. Mágico Galdós.
hace 7 añosLeyendo esta novela, pienso y recreo la situación de penuria de muchas personas, lo cual quiere decir que lo que se cuenta en ella es universal. Un hombre se queda sin su trabajo de funcionario por un cambio de gobierno y a pesar de que se pasea de despacho en despacho, sólo recogiendo promesas de una futura colocación, su situación no mejora. Corrupción política, miseria, dedismo, paro, ¿nos suena? De todo ello se hacía eco Galdós hace 130 años.
hace 8 añosEl tema de los funcionarios no es lo mas apasionantes que existe pero he disfrutado igual por la habilidad de Galdós para la creación de personajes y por esos detalles costumbristas que se gozan tanto. Mientras no se inventen las máquinas del tiempo, lo mas cercano que tenemos a viajar al Madrid de finales del XIX es leer una novela de Galdós. La sociedad retratada no se diferencia mucho de la España actual. Mucho enchufismo y amiguismo. Los corruptos triunfan y los honrados malviven bordeando la miseria. Una de las cosas que mas me gusta de Galdós es encontrarme expresiones y frases hechas de la época. Por ejemplo, el término despectico polacada. Me pregunto en que momento esa palabra pasó a emplearse contra los catalanes por parte de los madrileños.
hace 10 añosCuenta la historia de Ramón Villaamil, honrado trabajador en la Hacienda pública, ahora cesante, por no tener las influencias necesarias, que casi todos los días va al ministerio a ver si puede reincorporarse, sin saber que es objeto de mofa de sus excompañeros a los que considera amigos. Vive con su mujer, su hermana y su hija (Las miau), derrochadoras, frívolas e insustanciales a las que solo les importa aparentar. Paralelamente a la caida de Ramón, narra el ascenso de Victor, su yerno, incompetente, pero de buena planta, embaucador, tramposo y sin escrupulos. Critica a la sociedad, en que vale más un incompetente y vago, con buenas maneras, que un humilde y honrado trabajador. Vamos tal cual, la sociedad actual..
hace 11 añosMe ha parecido una historia muy divertida y cercana en estos tiempos de crisis, los personajes son geniales y las situaciones a veces extremas pero interesantes. Las Miau existen a montones hoy en dia, la busqueda de padrinos para lograr un puesto tambien, en fin es una satira genial.
hace 12 añosUnos personajes muy bien definidos y reales, una historia conmovedora, unas situaciones duras y penosas... y tan actuales, que parece mentira. Lo que más me gustó es la realidad con un toque de fantasía que utilizan autores tan queridos como Laura Esquivel, Gabriel García Márquez, Isabel Allende...
hace 14 añosSeguramente sea mejor que el recuerdo de "tocho interminable" que tengo de él de mi etapa escolar.
hace 16 años