Esta novela de Alix Kates Shulman generó un profundo impacto en el paisaje cultural estadounidense cuando se publicó en 1972. El sardónico retrato de la llegada a la mayoría de edad de su protagonista, una adolescente blanca de clase media del medio oeste, logró introducir en las casas norteamericanas temas que siempre habían sido tabú, pese a su gran importancia política: el acoso sexual, la discriminación laboral, la cultura de la violación, las restricciones del aborto, el cuestionamiento del matrimonio y de la maternidad, y la búsqueda enajenada de la belleza.