Seis años después de la muy elogiada colección de relatos Animales tristes, Jordi Puntí demuestra su talento para la ficción de largo alcance con esta particular «novela de carretera»: una historia conmovedora, descarnada y cargada de un humor sutil, que ahonda en las vidas de un pequeño grupo de personajes en una Barcelona sofocada por el manto gris de la dictadura y deseosa de incorporarse a la modernidad europea. Cuando el escurridizo barcelonés Gabriel Delacruz —huérfano, transportista y jugador empedernido— desaparece del mapa, sus cuatro hijos «cristóbales» que viven repartidos por Europa e ignoran la existencia de sus hermanos, se conocen y empiezan a atar los cabos de la historia de su padre. A medida que avanza la narración, el complejo retablo de una vida adquiere progresivamente profundidad, produciendo en el lector la misma fascinación que el propio Gabriel ejerce en quienes han tenido trato con él, en las mujeres que lo han amado y en los hijos que llevan esperándolo toda una vida. Maletas perdidas es un fiel espejo de los 60 y 70, años en los que España vivía aislada de una Europa que disfrutaba de plena efervescencia cultural, social y política. Con este vivo retrato de una figura elusiva y compleja, compuesto de sabias pinceladas de humor, ternura y tragedia, Puntí se consolida como una de las voces más interesantes de la ficción literaria de este país.