Los cantos, mitos y ceremonias de los aborígenes australianos impresionan a Bruce Chatwin como un «laberinto de incontables corredores y pasajes, misteriosamente interconectados mediante un sistema que desconcierta por su complejidad». Fascinado por estas prácticas, antiguas y poéticas, el escritor inglés descubrió durante su experiencia en Australia no sólo la naturaleza de los aborígenes, sino la de los nómadas en general, y en este libro apunta conclusiones sobre la curiosidad que permanece insatisfecha en el hombre moderno. Especie de manifiesto místico-exorcista en medio de un itinerario encantado, Los Trazos de la Canción es al mismo tiempo un libro de viajes, una novela y una colección de aforismos: un texto singular, tan mágico como el asunto del que se ocupa.