Gonzalo Castillo es un profesor que trabaja en Madrid, tiene una vida heterodoxa y compleja donde su relación con los demás se confunde con la ficción de otra novela que aparece en el texto, «Historia de una vida». El protagonista tiene la Noche como eterna compañera, estado de ánimo que le recuerda con frecuencia a su mujer. Helena, su musa, y otros personajes configuran ese espacio entre el amor y el deseo que lo atormentarán a lo largo de su vida. Cobijando su agonía en la bebida, se concilia a través de la memoria con lo que antes era su vida. Su familia, sus recuerdos y su presente son los espacios donde se despliega el argumento que, en realidad, nos cuenta una historia de amor, teñida de inmensa ternura, con un final inesperado.