Un lunes por la mañana Federico Esperanto —músico atormentado, entre otras muchas cosas, por el estigma de su apellido y la imagen de James Dean— intuye que la semana que está por afrontar va a ser «una de esas semanas». Y no se equivoca. A lo largo de siete días tan trágicos como risibles, Esperanto sufre su pasado, padece su presente, y quizá consiga atrapar esas canciones fugitivas que le prometen un futuro mejor. Fresán no solo nos presenta a un «héroe» entrañable —acompañado de una galería de freaks que incluye a un gigantesco publicitario obsesionado por sus secreciones corporales, una top-model con delirios místicos, un joven zombie ídolo de la televisión, entre otros—, sino que además explora los vicios y las gracias de un país sacudido entre las sombras de un lúgubre pasado reciente y la histeria de la modernidad.