Un buen libro existencialista. Muy interesante el concepto del tedio que yo diría que se corresponde, más allá de la ociosidad, a la falta de autorrealización. Dado el caso, es una sensación que nos puede asaltar incluso en plena actividad y en compañía, si no estamos satisfechos con la situación del momento. También a destacar el personaje de ella con su simpleza e impasibilidad en contraposición con los quebraderos de cabeza del protagonista y la situación de absurdo y repetición del pasado que se genera. Los interrogatorios no tienen pérdida. Soy fan de Cecilia!
hace 7 años