La narrativa de Alice Munro se caracteriza por la brillantez y la sutileza con la que aborda determinados temas que nos son especialmente comunes a todos los mortales: La pareja, la amistad, la familia, las trastadas o tropiezos del pasado... En definitiva: El devenir inevitable de lo que nos es cotidiano. En estos once relatos, una serie de desasosegadoras fotografías intimistas de agridulce y tierno calado; pretende resaltar lo caprichosa y arbitraria que es a veces la memoria para con el ser humano; y lo difícil y confuso que es tomar conciencia de nuestras imperfecciones a la hora de vivir, de sentir y de amar. Otra impresionante lección de lo que es saber escribir de verdad. No me extraña que entre la crítica más especializada se la considere una auténtica maestra. Una talentosa escritora marcada por unas profundas raíces, en la que destaca una influyente vena chejoviana.
hace 8 años