ÑUna prosa sencilla. Unos personajes normales que se enfrentan a emociones fuertes. La autora nos narra el hecho. Pero nos deja a nosotros la emoción del personaje, de la que niños dice nada. Se entretiene contando lo cotidiano, para presentárnoslos , cuando llega la accion apenas si le dedica 4 líneas. Eso nos coloca como lector en un espacio de poder, porque es más lo que no cuenta, el silencio que debemos rellenar, que el contenido. Por eso la lectura es pesada, indigesta, recordando las insufribles descripciones de la novela realista. No me ha gustado.
hace 6 años