Me encanta Mendoza, Situaciones surrealistas, hilarantes, imposibles, que aceptamos sin rechistar porque nos ofrece felicidad a cada página. No hay nadie más que él que sea capaz de escribir esos diálogos y que nos parezcan tan pertinentes y aceptables entre un peluquero, unos chinos, unas estatuas vivientes, una comunista recalcitrante, un swami, una Merkel... Genial, simplemente genial.
hace 1 año