En esta segunda entrega de la trilogía arturica de Cornwell asistiremos a innumerables situaciones y aventuras, tan entretenidas y apasionantes como las de la anterior novela, de nuevo de la mano del relato de Derfel Cadarn. Si en la primera novela vimos la convivencia tensa entre los seguidores de los antiguos dioses britanos y los cristianos, aquí veremos como el ciego fanatismo de los cada vez mas numerosos adeptos a la nueva religión cristiana amenaza con hundir en el caos a todos los reinos de Britania y acabar con la paz que, tras guerras y penalidades, Arturo, al que los cristianos han "bautizado" como "el enemigo de Dios", a logrado imponer. Sin duda el personaje de Arturo de esta trilogía es uno de los mas logrados y convincentes del autor. Junto a él, el que al fin y al cabo es realmente protagonista de la trilogía y que narra la historia en su vejez, Derfel, es otro gran personaje magníficamente perfilado. Aunque hay que reconocer que un aspecto de la "biografia" de este personaje que descubriremos en esta entrega no resulta del todo convincente y si bastante rebuscado. (1)
Entre trágicos amores apasionados, como la historia de Tristan e Isolda o la del mismo Arturo y Ginebra, intrigas, traiciones, venganzas, luchas y batallas (menos de las esperadas), se pasan las paginas del libro sin que pierda interés y sin dejar un momento al aburrimiento. También tiene un toque fantasioso más pronunciado que la anterior novela, donde "los fenómenos extraños" mas o menos podían tener una explicación racional, y en esta resulta mucho mas difícil esa explicación. Me refiero principalmente a algunas situaciones durante la búsqueda de la "olla mágica" por parte del protagonista y Merlín (otro gran personaje) en la aventura del "Sendero Tenebroso". Está claro que Cornwell, aprovechando todo lo que de místico tiene el tema de la historia arturica, Merlín etc.., se toma sus licencias en cuanto a los parámetros de lo que es una novela histórica, pero hay que decir que estos toques místicos le sientan bastante bien a la historia. Tampoco son especialmente relevantes porque, además de escasos, no son demasiado exagerados. De todas formas, ya el tema de la leyenda de Arturo y todo lo que hay alrededor da un amplio margen al autor porque es muy poco lo que se sabe de el y la historia de Britania en general, en ese remoto y oscuro siglo. Por ello, es evidente que no estamos ante unas rigurosas novelas historicas al uso.
Cornwell nos sumerge con gran maestría en una mezcla entre un mundo brutal y salvaje (con abundantes referencias a la recientemente desaparecida dominación romana y su extinta civilización, de la que casi solo quedan como mudos recuerdos las ruinas de las grandes construcciones), y místico y fascinante que consigue crear una trilogía, porque aunque no he leído la tercera estoy seguro que será como mínimo tan buena como las dos anteriores, que está entre lo mejor de su abundante bibliografia.
Sobre la edición, decir que se echa en falta el mapa de los reinos de Britania que aparecia en la novela anterior, lo que obliga al lector que quiera "situarse" bien a tener que consultar el mapa en el otro libro. Por otro lado, incomprensiblemente el formato de esta novela es más pequeño que el de la anterior ( que quizá era demasiado grande), lo cual, siendo una trilogia de libros como es esta, no queda muy bien que digamos.
(1): (SPOILER): ¿Tenia que ser su desconocido padre precisamente el rey sajón Aelle?.
hace 10 años
0
0