Si en “En la orilla”, Chirbes expone las consecuencias de la crisis económica y social, en “Crematorio” muestra el principal acicate de esta, la especulación inmobiliaria y, por ende, el trato de favor entre las autoridades pertinentes, las tramas mafiosas y el blanqueo de dinero. Rubén Bertomeu, el personaje estrella, es un hombre hecho a sí mismo, poseedor de una empresa constructora, en Missent. A sus setenta años ha conquistado casi todo el terreno urbanizable y goza de una posición más que holgada. Matías, su hermano menor y único, acaba de fallecer, sin haber renunciado a sus ideales de juventud y este hecho, despierta en Rubén gran cantidad de recuerdos, sus antiguos temores, sueños. En “Crematorio”, Chirbes experimenta junto a Rubén, Silvia, su hija, Mónica, su joven esposa o Ramón Collado, uno de sus más fieles colaboradores/proveedores, y nos desnuda su mente. En esta mirada introspectiva o monólogo interior, los personajes se balancean del pasado al presente, de lo que fue y pudo haber sido. Este es, en mi opinión, uno de los aspectos más favorecedores de la prosa del escritor valenciano, la forma de cuartear los pensamientos, emociones y actos de sus personajes, que hacen del escrito una obra intensa. También y, al igual que en “En la orilla”, Chirbes mantiene un tono sórdido, decadente en todo el relato, es su huella personal y el rasgo que permite conservar el interés hasta el desenlace y a la que contribuyen otros personajes, además de los mencionados, Yuri, de origen ruso y sin nada que perder y Federico Brouard, el escritor y antiguo compañero de Rubén. El estilo es denso, complejo, no obstante, “Crematorio” es una lectura recomendable, por su realismo y profundidad. Mención aparte merece, Crematorio, la adaptación en miniserie (8 capítulos) de la novela, con Pepe Sancho y Alicia Borrachero en el papel de Rubén y Silvia Bertomeu respectivamente, una interpretación de lujo. Esta serie es un buen complemento del libro, diálogos extraídos casi literalmente guardan la esencia y definen perfectamente a los personajes, y lo que en él se describe de forma sutil o se deja a la imaginación libre, la serie lo refleja de manera excelente. (Dolors Martínez, 1 de febrero de 2015)
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