Me está pasando lo que me suele pasar con otras novelas de Murakami. Al principio me gusta, me siento fascinado por su personal visión del mundo, por esos personajes solitarios, originales, inadaptados; pero con el transcurrir de la novela, que por cierto es larguísima, me voy quedando un poco amuermado debido a ese tono algo monocorde y carente de humor del que hace gala. Lo que hace que me sienta cada vez menos receptivo a las facetas más fantásticas y mágicas de la trama. Trama que, por otra parte, se despliega como lo haría en un manga, con la misma minuciosidad prolija y algo dispersa que dilata mucho el tiempo hasta lograr que cualquier detalle ocupe paginas y más páginas, por el puro placer de recrearse en un camino que a lo mejor, luego, no lleva a ningún sitio. Así que no se si la acabaré. Me gustaría hacerlo. Pero llegar hasta el final se me antoja más una obligación heroica que un auténtico placer.
hace 1 mes