“Las leyes de la física estipulan que toda persona ocupa una determinada cantidad de espacio en el mundo, lo que significa que todo el mundo debe de encontrarse necesariamente en algún sitio…” Extraído del propio libro del escritor estadounidense, este podría ser un buen proemio para comentar esta obra. El azar, el tornadizo azar, envuelve la obra de Auster y escoge a sus personajes por el mero hecho de ocupar una cantidad de espacio en el cosmos de sus propias existencias. Auster no crea cruce de destinos sino que, desde un camino único, imprescindible para el posterior desarrollo, va creando bifurcaciones que pueden llegar desde lo más verosímil a lo más increíble.
El libro de las ilusiones nace con una tragedia y acaba de igual forma. Es la espiral de la vida. Un principio y un fin tan juntos que parece sobrar todo cuanto les separa. Un personaje atormentado llora la pérdida de su esposa y sus dos hijos, la misma pérdida que le está llevando a su propio final (el suicidio lento del alcohol, de la soledad exterminadora, de la depresión irrespirable…). Con este panorama nos encontramos en el punto de origen de la novela y en él, el primer hito en el camino: una risa, una risa que hasta cabe definir de bobalicona y trasnochada. Una risa que abre la primera bifurcación en el terrero de Zimmer (el viudo que empieza a creerse que esta vivo porque se ha reído). Y la risa nos llevará a Hector Mann y Hector Mann será la primera oportunidad que tenga Zimmer para volver a sentir la necesidad de hacer algo: quiere saber quién le ha sacado del estado catatónico en que se encontraba, es lo menos para agradecérselo es, a la vez, una simple excusa para salir a la superficie, para respirar de nuevo. Este personaje de bigotillo delicado y presencia excelente, este galán de cine mudo (con el que Auster nos va a regalar unas páginas tan seductoras como acertadas, un auténtico ensayo cinematográfico “perdido” en la novela y digno de toda loa) nos va a regalar una nueva historia: la que definitivamente será el hilo conductor de la novela.
El libro de las ilusiones es una historia de personajes marcados por hechos acontecidos en su vida. Personajes que de una forma activa o pasiva se han valido de su propia tortura y de la ajena para seguir adelante en el camino (“… para recuperar mi vida he de estar a un paso de destruirla….”)
Todos los personajes de la novela llevan la tragedia sobre sus espaldas, todos han ejercido un ejercicio de catarsis exteriorizado en algo tangible, en una obra que, a la postre y, porque así lo quiere el azar, acabará irremediablemente en cenizas.
hace 7 años
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