Se me hizo eterno
hace 3 añosEl caso parecía bastante sencillo. El señor Blanco, que apareció un día repentinamente, cuando en la vida del detective Azul parecía que ya nada iba a cambiar, quería que Azul siguiera a un hombre llamado Negro, que lo vigilara sin pausa todo el tiempo que hiciera falta. Azul necesitaba un trabajo y no hizo demasiadas preguntas, aunque sospechara desde un principio que Blanco no era el hombre que decía ser. Lo que el detective no sabía era que el caso duraría años, y que cuando desvelara el misterio, o le pusiera un final, si es que a aquello puede llamársele un final, lo que descubriría sería quizá su propio misterio, lo que atisbaría sería su propio final... Situada entre los laberintos detectivescos de Chandler y los páramos existenciales de Beckett, Fantasmas comienza con todos los requisitos de una novela policíaca, pero adquiere muy pronto, y sin perder nada de su suspense, una dimensión metafísica. Y el lector se desliza de un misterio policíaco a un enigma metafísico, de la pregunta «¿quién es el culpable?» a otra mucho más difícil de responder, «¿qué es ser culpable?»
Se me hizo eterno
hace 3 añosMe ha dejado una sensación de reservoir dogs de Tarantino por llamar a los personajes por colores, me pareció
hace 5 añosComo suele pasar con Auster, historia bastante original, por momentos se me hizo aburrido, en el final remoto bastante, pero en general la historia no me termino de cuadrar.
hace 5 añosAuster juega con el lector en esta trama de espejos que incita a reflexionar sobre la trayectoria vital de cada uno. Ambientada en los años 40, con detectives de por medio, sucede en las calles de Nueva York.
hace 6 años