“Conversación en la catedral” se desarrolla en el Perú de los años 50, aunque viaja por el mundo a través de sus variopintos personajes, pues por medio de cuatro historias diferentes, incluso narradas con diferente estilo por un narrador omnisciente, Vargas Llosa teje una madeja que al principio resulta compleja de leer, en la que los tiempos, los personajes, los diálogos y los espacios se entremezclan con una técnica espectacular que supone un reto intelectual para el lector y a la vez una satisfacción, al entrar en el juego narrativo del autor.
La novela es una obra monumental, donde todas las historias, subtramas, debates, anécdotas… se cuentan en un único espacio y provienen de esa conversación que le da el título y por medio de la cual, el autor refleja no solo la realidad de su entorno, sino el deterioro de la sociedad en general, por lo que tiene un valor inconmensurable tanto desde el punto de vista histórico, como desde el punto de vista sociológico, ya que retrata sin ambages y desde la diversidad, la realidad de todos los estratos sociales, sin olvidarse de la corrupción, la prostitución, el racismo, el manejo de la información, la homosexualidad, la ambición y la interacción entre los diferentes individuos, en cuatro historias independientes, atrapantes y sugestivas, con multitud de personajes, que acaban convergiendo en un final magistral.
Una obra maestra.
hace 5 años
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