Es una compilación de 12 relatos publicados por tres escritores japoneses que han obtenido un gran reconocimiento en las letras niponas. Dichos autores son, Ryunosuke Akutagawa, Osamu Dazai y Kenji Miyazawa, por este orden. Los 12 textos, 4 por autor, se hallan ubicados según el año o momento en que fueron escritos. En general, el estilo tiene trazos comunes, como la sensibilidad y el lirismo descriptivo, sin embargo, los 3 muestran, a su vez, fondos distintos. Al leer a Akutagawa, por ejemplo, se hace patente la influencia y familiaridad con la literatura occidental, en especial Edgar Allan Poe. No en vano, 3 de los 4 cuentos son de misterio y transmiten una atmosfera opresiva, sobrenatural, al nivel de “El corazón delator”, por citar alguno del insigne Poe. Mientras el cuarto, “Torokko”, es de un carácter existencial, simbólico, sin desmerecerlo del resto. Respecto a Dazai, coincide en que sus escritos están datados en una fecha reciente al final de la Segunda Guerra Mundial, 1946-1947. Reincide también en el hecho de que el protagonista o los personajes principales son borrachos y/o mujeriegos en alguna época de su vida. A través de ellos, Dazai trasluce la representación de un Japón perdido, tocado, en el sentido de que ya no era el mismo país tras la contienda. Igualmente, al terminar la lectura, permanece la sensación de que Osamu Dazai es, con diferencia, el de mente más torturada. Por último, Miyazawa es el narrador de fábulas. Los protagonistas son menores, en su mayoría, no obstante, el trasfondo es mágico, atemporal, sirve de enseñanza a cualquier generación. En suma, un conjunto de escritos breves que harán la delicia tanto de los amantes de la literatura japonesa, como de los que gustan de leer relatos, sin más. Por mi parte, únicamente desconocía a Miyazawa y me ha gustado, al igual que reafirmo a Akutagawa como mi favorito. Estas son razones de sobra para recomendar este libro. (Dolors Martínez, 1 de septiembre de 2015)
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