Alguien debería estudiar este efecto, que se repite una y otra vez, de un autor, o en este caso autora, capaz de escribir una obra maravillosa como fue "Dientes blancos", y poco después un adefesio como "Sobre la belleza". En esta última novela, Zadie Smith se recrea en una serie de personajes fatuos e improbables, empeñados en actitudes vacuas disfrazadas de trascendencia, incapaces de mantener una conversación interesante y, sobre todo, real. Cada encuentro, cada diálogo, parece un intento de crear algo sugerente que se queda en artificiosidad y nulo interés. La trama es forzada desde el mismo origen, esa boba rivalidad entre dos profesores universitarios, uno en Boston, otro en Londres, que terminan por coincidir hasta en el cuarto de baño. El lío después entre los miembros de la familia... todo cartón piedra y bastante soporífero.
hace 1 año