Está claro que este escritor no es para todos los gustos, ni públicos ni mucho menos paladares más exquisitos y selectivos, es aparte, otro nivel es el que pertenece a Mario. Esta historia nos ofrece un argumento de lo más digerible a simple vista, es decir, el chico precoz que abandonó joven su casa por fuerza mayor y montó su salón de belleza; su deseo y su principal objetivo, bien, todo lógico hasta que añadimos que terminó convirtiendo por caridad cristiana la trastienda de dicho salón, en un moridero para los más afectados por una enfermedad muy contagiosa. Está claro que Mario describe esta historia como la más absoluta evolución desde lo próspero hasta lo más decadente, existe un extremo que el chico vive y en el que evoluciona su vida hasta la pobredumbre, la escoria y la auténtica miseria, pasando por el sexo y la provocación más perversa. Nuevamente este escritor nos lleva de la mano hacia lo bizarro, esta vez su historia está basada en monólogos sobre el sufrimiento, el arte de darse a los demás desinteresadamente, el travestismo y lo que representa la enfermedad y la putrefacción. No es para todo los públicos ni estómagos delicados, absténganse los más aprensivos, pero los valientes por favor....hínquenle el diente porque su sabor es altamente adictivo. Logrará engancharos si conseguís entrar en su mundo paralelo, a mi me tiene atrapada.
hace 2 años